A un mes de la muerte de El Noba, la palabra de su mamá en carne viva: “Cada día que pasa es más duro”

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Eran cerca de las 17:00 del 24 de mayo. Había dicho que iba a cortarse el pelo y volvía a tomar mates. “Ponete el casco, pel...”, le gritó su mamá, como siempre repetía cada vez que salía en su moto. Él le respondió: “Chau ma, ya vuelvo, te amo”. Un rato después, el representante llamó a la familia avisando del accidente que había sufrido y corrieron a verlo, pero la situación era crítica. Así empezó la horrible semana que terminó con la muerte del cantante de cumbia 420, Lautaro Coronel, más conocido como El Noba”.

Su mamá Vanesa dejó de lado su vida para acompañarlo hasta el último minuto. A un mes de la tragedia, lo recuerda con amor y con el dolor de haber perdido a su único hijo varón.

Esta semana fue terriblese acerca la fecha y me pongo peor porque recuerdo lo que pasó. Es muy difícil para todos”, expresó Vanesa en diálogo con TN.

Cuando ocurrió el accidente, ella fue la primera en instalarse al lado de su hijo para darle fuerza. “¿Cómo estoy? Estoy. Trato de estar bien, pero hay días que no consigo tener paz ni tranquilidad. Se me hace pesado, extraño el día a día y cada día que pasa para mí es peor”, trata de graficar en la charla con este medio.

Vanesa contó que extraña hasta los gestos más simples como el mensajito de “Buenos días, ma”: “Me mandaba todos los días o me llamaba. ‘Ma, ¿tomamos mate?’ o ‘¿qué vamos a comer?’, quizás me preguntaba si había ido a trabajar o me avisaba que se había olvidado las llaves. Quizás para la gente es una tontería, pero para mi era mucho y ahora se me hace pesado”.

-“Es imposible no llorar, ese dolor en el pecho que tengo no me lo saca nadie. Hay momentos en los que estoy bien, pero a veces no puedo”, señaló.

Los y las fans de su hijo le acercaron, tanto durante la internación como en este último tiempo, cuadros, banderas y fotos alusivas. En su momento, estuvieron colgados en el motorhome estacionado en la puerta del Hospital El Cruce donde esperaba verlo despertar. Ahora, están guardados en su casa: “Le agradezco a la gente el cariño. No puse cuadros ni nada de las cosas que nos regalaron porque me hace mal. Las veo y soy un mar de lágrimas”.

Los carteles que pegaron en el motorhome cuando hacían las vigilias frente al Hospital El Cruce. (Foto: Captura El Trece/Socios del Espectáculo)

En ese sentido, describió que en su casa siempre aparecen cosas de Lautaro y esa es la manera de tenerlo presente, pese a su ausencia terrenal. “No caigo, sigo esperando que aparezca por la puerta”, sostuvo y detalló que se pone a escuchar los temas de El Noba: “Es que cuando lo pasan en la radio, lloro. Entonces me pongo su música para acostumbrarme, porque sé que lo voy a escuchar siempre”.

Volver al trabajo con el alma rota

Vanesa dejó todo para acompañar a Lautaro cuando estaba internado, incluso su trabajo como encargada de edificio. En aquel momento, la prioridad era su hijo y sus empleadores lo entendieron.

Volver después de la tragedia le costó y todavía se siente en carne viva: “Hay muchos días en que no puedo, no tengo ganas, no quiero venir. Pero a mi hijo no le gustaría verme así. Por suerte, tanto los de administración como la misma gente son excelentes y me comprenden, no tengo palabras con ellos”.

En tanto, el emprendimiento de pastelería sigue vigente y está armando su espacio para dedicarle más tiempo. “De a poco voy armando mi lugar y, cuando esté hecho, veré si sigo con mi trabajo. A mí me gusta mucho mi trabajo, pero tendré que complementar los horarios porque con las redes, la demanda de tortas va a crecer”, subrayó.

A un mes y con el corazón desgarrado, Vanesa espera que duela menos la partida de Lautaro. “Tengo que poner bien por mis hijas, mi marido y mi nieta. Sé que me va a llevar tiempo, pero también sé que él me va a ayudar”.

Fuente: TN